BENEFICIOS DE LA CLONACIÓN EN LA INDUSTRIA ALIMENTARIA


La clonación de cultivos alimentarios se ha llevado a cabo durante muchos años y causa al público menos preocupaciones éticas y morales que la clonación de animales. La clonación de plantas tiene muchas implicaciones comerciales importantes, pues permite producir una variedad de una planta con características deseables de forma económica, rápida y a gran escala. A lo largo del tiempo la clonación ha tenido como resultado la modificación genética de aquellas plantas.

Cuando se habla de clonación se tiene en mente la clonación animal, la EFSA Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (s.f.) la define como: 

La clonación es una forma de reproducción. La técnica más utilizada se conoce como Transferencia Nuclear de Células Somáticas (SCNT). Primero se obtiene una copia genética de un animal sustituyendo el núcleo de un óvulo no fecundado por el núcleo de una célula del cuerpo (somática) del animal para formar un embrión.

Se entiende, entonces, que la clonación replica la información genética de la célula de un animal para que se genere una copia o gemelo. La cría clonada competirá la misma conformación genética. Este concepto es distinto a la modificación genética, EFSA (s.f.) explica que: “difiere de la modificación genética en el sentido de que altera las características de los animales al cambiar directamente la secuencia del ADN”.

Por tanto, la clonación en la industria alimenticia se ha desarrollado para producir plantas y animales con estándares óptimos para su consumo. Trata de evitar determinadas enfermedades en las razas o debilidades a plagas en cultivos, por ejemplo.


Selección natural

Piense en las zanahorias, maíz o sandías – todos los alimentos que pueden comer sin mucha consideración. Sin embargo, en comparación con sus antepasados silvestres, incluso las variedades «ecológicas» son casi irreconocibles.

La domesticación en general, implica la selección de rasgos beneficiosos, tales como un alto rendimiento. Con el tiempo, muchas generaciones seleccionadas de forma natural pueden alterar sustancialmente la composición genética de una planta. La selección hecha por el hombre es capaz de generar formas que son extremadamente poco probable que ocurran en la naturaleza.


Duplicaciones del genoma

Hace relativamente poco tiempo descubrimos que las selecciones que nuestros antepasados hicieron sin saberlo, implicaron un cambio en el proceso genético. Mientras que los humanos tienen la mitad de un juego de cromosomas de cada padre, algunos organismos pueden tener dos o más juegos completos de duplicados de cromosomas. Esta «poliploidía» está muy extendida en las plantas y a menudo resulta en rasgos exagerados tales como el tamaño de la fruta, que se cree que es el resultado de múltiples copias de genes.

Sin darse cuenta, los seres humanos han mejorado muchos cultivos a un mayor nivel de ploidía (totalmente natural), ya que cosas como fruta grande o un crecimiento vigoroso son a menudo muy deseables. Por ejemplo, el jengibre y las manzanas son triploides, mientras que las patatas y la col son tetraploides. Algunas variedades de fresa son incluso octoploides, lo que significa que tienen ocho juegos de cromosomas en comparación con sólo dos en los seres humanos.


Plantas que se clonan

Clonación es una palabra que tiende a ser incómoda, en realidad nadie quiere comer «clonado». Sin embargo, la reproducción asexual es la estrategia central para muchas plantas en la naturaleza, y los agricultores la han utilizado durante siglos para perfeccionar sus cultivos.

Una vez que una planta con características deseables se encuentra, pongamos un plátano-especialmente sabroso y duradero, la clonación nos permite crecer réplicas idénticas. Esto podría realizarse de forma totalmente natural con un pequeño corte, o artificialmente con hormonas vegetales. Hace tiempo que los plátanos nacionales han perdido las semillas que permitieron a sus antepasados silvestres reproducirse, si te comes un plátano hoy, te estás comiendo un clon.


Mutaciones inducidas

La selección tanto humana como natural opera sobre la variación genética dentro de una especie. Si un rasgo o característica nunca ocurre, entonces no puede ser seleccionado para perpetuarse. Con el fin de generar una mayor variación para la mejora convencional, los científicos en la década de 1920 comenzaron a exponer las semillas a productos químicos o radiación.

A diferencia de las tecnologías más modernas de OMG, esta «mejora mutacional» es en gran parte no dirigida y genera mutaciones al azar. La mayor parte es inútil, pero algunas serán deseables. Más de 1.800 variedades de cultivos y plantas ornamentales, incluyendo variedades de trigo, arroz, algodón y cacahuete se han desarrollado y lanzado en más de 50 países. La mejora mutacional fue la principal impulsora de la «revolución verde» del siglo 20.

Muchos alimentos comunes, tales como los pomelos y variedades de trigo para hacer pasta son el resultado de este enfoque y, sorprendentemente, estos pueden todavía ser vendidos como certificado «ecológico».


Detección de OMGs (Organismos modificados genéticamente)  

La tecnología de modificación genética no tiene por qué implicar ningún tipo de manipulación directa de las plantas o especies. Se puede en cambio utilizar para la detección de rasgos tales como la susceptibilidad a sufrir una enfermedad o para identificar qué cruce natural va a producir mayores cosechas.

La tecnología genética ha permitido a los investigadores identificar de antemano qué fresnos son susceptibles de sufrir la enfermedad fúngica de la ceniza, por ejemplo. Los futuros bosques podrían cultivarse a partir de estos árboles resistentes. Podríamos llamar a esta selección humana la «genómica-informada».


“Cisgénico” y transgénico

Esto es lo que la mayoría de la gente quiere decir cuando se refieren a los organismos modificados genéticamente (OMG) – genes insertados artificialmente en una planta diferente para mejorar su rendimiento, su tolerancia al calor o la sequía, para producir mejores medicamentos, o incluso para añadir una vitamina a su composición. Bajo la mejora convencional, tales cambios pueden tardar décadas. Añadiendo genes se proporciona un acceso directo.

Cisgénicos simplemente significa que el gen insertado (o movido, o duplicado) viene de la misma o de una especie muy estrechamente relacionada. Inserción de genes de especies no relacionadas (transgénicos) es sustancialmente más difícil – esta es la única técnica en nuestro espectro de la tecnología de GM que puede producir un organismo que no podría ocurrir de forma natural.

Desde la década de los 90 varios cultivos han sido diseñados con un gen de la bacteria del suelo Bacillus thuringiensis. Esta bacteria produce «maíz Bt» y otros cultivos con resistencia a ciertas plagas, y actúa como una alternativa atractiva al uso de plaguicidas.


Esta tecnología sigue siendo la más controvertida, ya que hay preocupación sobre laposibilidad de que estos genes de resistencia puedan «escaparse» y saltar a otras especies, o no sean aptos para el consumo humano. Aunque poco probable que muchos – muchos ensayos de prueba erros se han diseñado para prevenir esto – es posible que ocurra, por supuesto.

A partir del conocimiento y de la posibilidad de modificación se discute el uso ético de técnicas de clonación. En el caso de los seres humanos, el conocimiento sobre la secuencia del genoma ha permitido descubrir cuáles de los genes originan enfermedades o vulnerabilidades. Con respecto a Manipulación genética y clonación: perspectivas bioéticas y filosóficas, Hoof (1998) discute que: 

La dignidad humana es reconocida como principio fundante, al igual, de la bioética, de los derechos humanos como de la filosofía del derecho, con una particular referencia a la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Frente a la interacción entre "saber" y "poder", de cara a los peligros del predominio del "poder", se propone la mediación del "deber".

Por otro lado, Yunis (2001) plantea un debate moral sobre la manipulación genética y aborda los temas de los alimentos transgénicos: 

El ADN común desdibuja las fronteras de lo animal, vegetal, mineral, que no describen más, de una manera adecuada a nuestro mundo. Sin embargo, esas distinciones, menos claras ahora en la naturaleza, persisten en la mente de los hombres, resurgen como temores escondidos, a lo desconocido en primer lugar, al desvelamiento de todo lo que hasta ahora vivió como oculto y sagrado, despierta temores increíbles que se concretan en los alimentos transgénicos, con anatemas espectaculares presentadas como réplica de la oposición lanzada por Lutero a la iglesia católica, y adornada además con la denominación efectista de “alimentos Frankenstein”.

Es muy probable que todos los seres humanos expuestos a la globalización hayan consumido alguna vez un vegetal o fruta que no existía originalmente en la naturaleza. Estos alimentos que lucen perfectos en el supermercado son productos de la clonación, lo cual abre un debate social sobre cuál es el límite de la manipulación en los alimentos.

Todos los métodos descritos en este texto se siguen utilizando. Incluso los cultivos transgénicos se encuentran en todo el mundo por más de una década. Los organismos modificados genéticamente tienen el potencial de mejorar la salud, aumentar las producciones y reducir el impacto ambiental, por lo cual se merece que una discusión justa en conocimiento de sus beneficios.


BIBLIOGRAFÍA

Borrell, J. (s.f.). Si te comes un plátano hoy, te estás comiendo un clon. Obtenido de Syngenta: https://blog.syngenta.es/si-te-comes-un-platano-hoy-te-estas-comiendo-un-clon/
EFSA Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. (s.f.). Clonación. Obtenido de EFSA: https://www.efsa.europa.eu/es/topics/topic/cloning
Hooft, P. F. (1998). Manipulación genética y clonación: perspectivas bioéticas y filosóficas. Cuadernos del programa regional de bioetica, págs. 137-163. Obtenido de https://pesquisa.bvsalud.org/portal/resource/pt/lil-223502

Yunis, E. (15 de Octubre de 2001). Evolución o creación, genomas y clonación. Nómadas, págs. 231-240.


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