EL CAMBIO GEOGRÁFICO DE LA VANGUARDIA MÉDICA EUROPEA Y LAS NUEVAS INSTITUCIONES CIENTÍFICAS


EL CAMBIO GEOGRÁFICO DE LA VANGUARDIA MÉDICA EUROPEA Y LAS NUEVAS INSTITUCIONES CIENTÍFICAS

El marco institucional casi exclusivo de los saberes médicos había estado constituido en el Renacimiento por las universidades. A lo largo de los siglos XVII y XVIII, la renovación fue incorporándose a algunas facultades pero la mayoría continuó siendo el reducto de las posturas más tradicionales. Ello condujo a la aparición de nuevas instituciones cuales comenzaron siendo “tertulias” o “academias” científicas, es decir reuniones periódicas de cultivadores de diversas áreas; entre ellos había médicos y meros aficionados. Lo habitual es que fueran reconocidas oficialmente con ´títulos de “real academia” y otros equivalentes las que se consolidaron y adquirieron prestigio. En la primera de las academias sobresale Giovanni Battita della Porta, que había estudiado medicina pero se destacó como físico, especialmente en cuestiones de óptica y neumática.

La segunda academia, de la “edición romana”, se destaca Galileo quien influyó positivamente en el inicio de la anatomía microscópica. La Accademia del Cimento, fundada en Florencia, sólo funcionó desde 1957 hasta 1667, influyó decisivamente en el método científico, iniciando la investigación experimental en equipo.  En ella hubo personalidades de primer rango como Francesco Redi (demostró que no existe la generación espontánea), Marcello Malphigi (teoría del “contagio animado”) y Giovanni Alfonso Borelli (desarrollo embrionario).

A lo largo del siglo XVII estas instituciones se habían extendido por toda Europa. Aparece la Académie Royale de Chirurgie  (1731) con la capacidad de conceder el doctorado quirúrgico. Aparte de las italiana, fueron muy pocas la universidades que se incorporaron a la Revolución Científica durante el siglo XVII. Hasta 1598 no fue nombrado “profesor extraordinario” de anatomía, siendo el primero Pierter Paaw, que consiguió el “privilegio” de practicar disecciones públicas en cadáveres humanos y la fundación de un anfiteatro anatómico.


La Revolución Científica significó también un profundo cambio en los procesos de comunicación e información. Sin embargo, durante casi dos siglos el saber médico continuó siendo todavía un discurso cerrado ofrecido por unos textos clásicos o “autoridades”. Como ciencia era absoluta y definitiva, pensaba que lo ideal es que tuviera expuesta con rigurosidad en un número reducido de textos. La Revolución Científica significó la desaparición de las circunstancias que hacían posibles estos planteamientos estáticos. Los nuevos supuestos no solamente acabaron con el criterio de “autoridad” de los textos clásicos, sino que sustituyeron las interpretaciones definitivas de la realidad por explicaciones. 

Las primeras revistas médicas y científicas intentaron al principio ofrecer solamente de manera puntual noticias de los nuevos libros que iban apareciendo. Gradualmente, esta función fue pasando a segundo plano, para convertirse en medios de comunicación de estudios no publicados en forma de libro, comenzando por las “memorias” presentadas en la respectiva academia. A partir del siglo XIX, el artículo de revista se convertía en el vehículo fundamental de la comunicación médica.

Resumen del capítulo La primera medicina moderna: De la Revolución Científica a la Ilustración del libro "La medicina en la historia" de José María López Piñero.



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